Hace dos años todos pensábamos que a cinco millones de parados no llegaríamos ni quedándonos de brazos cruzados. Pero lo peor de todo es que el Gobierno pensó lo mismo y ahí está el resultado: además de cinco millones de parados, contamos con una estructura laboral destruida casi al completo, unos sindicatos clasistas compuestos por miembros afines al Gobierno que les “amamanta” y toda una tropa de liberados dispuestos a golpe de silbato.
Y, lo que aún es peor, una perspectiva de futuro bastante negativa, a lo que se une la falta de credibilidad en nuestro entorno social, político y económico, además de haberse convertido el Gobierno de Rodríguez en el hazmerreír de la Europa desarrollada; tomen como ejemplo las últimas afirmaciones del presidente francés sobre nuestro presidente.