El magistrado del Tribunal Supremo, Luciano Varela, ha dado el único paso que le faltaba para sentar al juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en el banquillo de los acusados por la instrucción del caso sobre los desaparecidos de la Guerra Civil y el franquismo. El magistrado está acusado en este procedimiento –uno de los tres que tiene abiertos en el Alto Tribunal- por un delito de prevaricación, lo que podría suponerle una inhabilitación de entre 12 y 20 años.
He sido prudente ante los diversos episodios anteriores dentro de esta causa, que tiene abierta este juez estrella rutilante y que, si nada lo remedia, va a quedarse estrellado a causa de la infinita vanidad y sectarismo que le ha llevado a prevaricar. El motivo fue su empecinamiento por seguir adelante con una causa por los crímenes de los franquistas en la guerra civil, cuando él había archivado otra causa exactamente igual contra Santiago Carrillo, por los asesinatos de Paracuellos; hechos que fueron ya amnistiados para lograr la democracia y la convivencia entre las distintas concepciones políticas.
Garzón aún tiene pendientes otras dos querellas por prevaricación para mi tan graves que, como ésta, van a llevar irremediablemente al final de su carrera judicial, a quien hasta hace pocos días se creía con derecho a juzgar a todo bicho viviente, eso sí, siempre bajo su óptica partidista, que había llevado a confundir a los ciudadanos sobre la impunidad de este personaje.
Espero que éste sea el primer episodio que nos pueda llevar hacia una verdadera independencia de los jueces ante los políticos de turno, que es imprescindible para que los ciudadanos podamos recobrar la confianza en el Estado de Derecho, tan vapuleado por los políticos de poca monta y los jueces consentidores que padecemos en estos últimos tiempos.
Resulta irónico… antaño, héroe de los cenáculos » liberales»… ahora, villano… prevaricador y » rojo».
Tras las últimas noticias al respecto, te enviamos este mensaje para informarte de la postura de Amnistía Internacional ante la acusación al Juez Baltasar Garzón por investigar los crímenes franquistas.
Amnistía Internacional considera insólito que el juez Garzón pueda ser juzgado por investigar las desapariciones de más de 100.000 personas ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.
La “Ley de Amnistía de 1977” ha sido invocada para perseguir al único juez que ha intentado dar respuesta a víctimas de desaparición forzada y sus familias. Si este juicio se produce, será la primera vez en todo el mundo – al menos que tengamos constancia en Amnistía Internacional – que un magistrado, en democracia, es sentado en el banquillo por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales. Además, enviará un mensaje tremendamente negativo para otros jueces que lo intenten, tanto en España, como en el resto del mundo.
Las normas internacionales de derechos humanos dicen claramente que el crimen de desaparición forzada NO prescribe y entorpecer su investigación es un delito, por tanto ninguna “Ley de Amnistía” puede contradecirlas.