¡Ojo con el maltratador, Chuchi Eguiguren!

Chuchi Eguiguren en el centro. Todo un problema.

Chuchi Eguiguren en el centro. Todo un problema.

No me preocupa que el PP dé los votos al PSE. Me preocupa que en algún lugar mueva los hilos el maltratador Jesús Eguiguren, quien estuvo a punto de matar a su esposa y fue condenado por maltrato.

El PSOE se comprometió a expulsar a violadores y maltratadores de sus filas, pero no lo hizo. Eguiguren sigue de gran jefe en Bilbao.  Manda en el socialismo vasco y da miedo a los correligionarios socialistas. Entre sus propios compañeros hay una preocupación indescriptible. Que nadie lo dude: donde esté Eguiguren, ETA matará.

Toni Basagoiti debe intentar que Eguiguren quede fuera de cualquier acuerdo, de cualquier Gobierno y de cualquier relación. Decía Baden-Powel que «la manera de conseguir la felicidad es haciendo felices a los demás». Y con Eguiguren se masca la traición. Puedo prometer y prometo que se masca la traición, el esperpento y la desvergüenza. Eguiguren, mejor alejado y controlado que cerca de uno, es capaz de vender a su más fiel aliado con tal de vencer su permanente miedo y cobardía.

Basagoiti debería pensar dos veces lo que va a hacer. Entre el PSE y el PNV, preferimos que dé los votos al PSE, pero que no aparezca  Jesús Eguiguren por ningún lado. La violencia y el odio se tocan. No sé si recordarán que Chuchi Eguiguren negoció con ETA a su aire y despreciando el rechazo del pueblo vasco. Pero no solo eso, sino que sigue empeñado en seguir haciéndolo.

El PP debe medir sus pasos y controlar a ese energúmeno denostado en sus propias filas. Con una oportunidad es suficiente: a la más mínima sospecha… ¡échenle a Eguiguren a la ría!.


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