Naturalmente que no son etarras. Existe la sospecha sobre el verdadero interés de la noticia. Una noticia en la que ha ‘picado’ la mayor parte de la prensa digital. Sospechamos que se lanzó desde el Gobierno español con muy mala intención. Y se hizo porque se sabe que en este país un error de ese tipo no tiene importancia. Se pasa página y punto. Y si es preciso se piden disculpas. Total,… ¡nunca pasa nada!
No es la primera vez que el Gobierno español da un patinazo de escándalo. En esta ocasión lo ha hecho en compañía del Gobierno francés. Si bien no suele ser habitual este tipo de deslices, no hay que olvidar otros que han acontecido en España. Por dar algunos ejemplos: en el año 1986 el Gobierno dio a conocer una foto falsa de Soares Gamboa, pues se supo que era la de su hermano y el entonces ministro Barrionuevo tuvo que acudir al Parlamento a rendir cuentas. Algo parecido sucedió con una etarra del comando Madrid, donde la foto no coincidía con el rótulo que acompañaba a la misma. Pero hay más errores de bulto por parte del Gobierno español, tanto en la época de Felipe González como en las legislaturas ‘zapateriles’.
En el caso de los cinco bomberos, se ha dejado arrastrar el Gobierno francés. Hay una maliciosa interpretación que empieza a tomar cartas de verdad. Y es que al Gobierno de Rodríguez Zapatero le interesaba tapar la polémica de la subida del IVA y el escándalo parlamentario del viernes. También las barbaridades de la ley del aborto y la fuerte subida del paro en el mes febrero, además del abucheo a la vicepresidenta De la Vega y las malas relaciones entre miembros del Gobierno actual. Con estos ingredientes era fácil recurrir a acusar al quinteto de bomberos catalanes de etarras. Pasado el vendaval de críticas a Zapatero, abucheos a la vicepresidenta y acusaciones a Rubalcaba se rectifica y punto. A mirar para otro lado. Resulta que lo que era etarra, ahora es errata.
Asunto resuelto. A otra cosa, mariposa. Hasta que las aguas vuelvan a enturbiarse. Para entonces ya buscará el Gobierno otro truco, sea en forma de acusación, bulo, comentario o globo sonda para la rectificación puntual. «Nuestra foto ahí, de presuntos nada… De esto nos vamos a quejar. Sin comerlo ni beberlo, de golpe y porrazo, hemos sido etarras», han comentado los bomberos catalanes. Mientras tanto, el Gobierno ‘partiéndose los ejes’ y Rubalcaba imitando al avestruz o mirando al tendido, como de costumbre. A estas alturas de tiempo ya se ha pasado el efecto, excepto para el quinteto catalán. Cuando Rubalcaba acuda al parlamento, todo habrá quedado en mera anécdota vacacional.
