Los sindicatos de clase (UGT y CC.OO.) son parte del Gobierno, a la vez que pretenden estar en la oposición. Apoyan al impresentable presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero para defender a los trabajadores«. Esto último ni en broma. Y también presumen de estar en la oposición al Gobierno.
No consentimos que los dos sindicatos, más dañinos para el ámbitro laboral y despreciados por la clase obrera, se autoproclamen como defensores de los trabajadores. Y menos después de haber abusado de su posición frente al trabajador. Nuestro objetivo es que desaparezcan del ámbito de la ‘izmierda‘ cuanto antes y de la podredumbre laboral.
En ello nos empeñamos y damos fe que no desistiremos de ello, a pesar de la Constitución; una Carta Magna bastante anquilosada y prostituida para los tiempos que corren; aunque muchos no se den cuenta aún, empezando por la propia Monarquía y continuando por el socialismo mediocre, el rabioso comunismo y la desvergonzada derecha del PP que aún preside el caradura de Mari-ANO.
Los sindicatos de clase han contribuido, junto con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, a desestructurar la economía nacional, destruyendo cuatro millones y medio de puestos de trabajo, a la vez que ha creado dos millones y medio de parados de muy larga duración. Esos son méritos más que suficientes para cerrar sus negocios sindicales, investigar sus ‘burdeles obreros’ e indagar sobre sus prostituidos objetivos laborales.