El Gobierno de Rodríguez está encantado de haber coincidido con la oposición que realiza el Partido Popular. Nunca un Gobierno nacional había vivido estirando la patita a sus anchas hasta ahora; sí sucedía en comunidades autónomas, como Castilla y León, al no haber oposición al Gobierno de Herrera. Pero lo de Rajoy y su equipo clama al cielo, además de que es para darle dos voces y pedirle que se vaya a casa. Hace tiempo escribí un artículo para el diario El Mundo-Diario de Valladolid («Rajoy, estorbo político») donde demostraba que Mariano Rajoy era un claro calzonazos dentro del Partido Popular y hoy me ratifico en todo cuanto escribí, incluso en cada una de las ‘pedradas dialécticas’ que le lancé.
Sin duda, lo mejor que le ha sucedido a Rodríguez ha sido tener como contrincante a Mariano, a la niña consentida, Lolita de Cospedal y al ‘verborreas‘ delirantes, Javier Arenas. No recordamos haber conocido un equipo tan mal avenido y peor conjuntado. Si ellos son amigos entre sí, es evidente que no necesitan enemigos externos. Y si no son capaces de barrer su casa, que alguien nos explique cómo van a limpiar la ajena. Para los dirigentes del PP, los años son escobas que les van barriendo hacia la tumba política definitiva y hacía el abanderamiento del tiempo perdido.
El PP de Rajoy parece haber vuelto a tiempos pasados y sus seguidores están desconcertados, como lo están los afiliados y los altos cargos; aunque estos últimos no quieren ver que su jefe se equivoca, porque ‘repanchingados‘ en el sueldo, las ventajas, las secretarias, las dietas, el gratis total y el ‘amarranamiento político’ impide ver con claridad lo que otros denunciamos a diario en los medios de comunicación. El PP nada en una indefinición ideológica que martiriza a sus fieles; confunde la lealtad institucional con la política de brazos caídos; baila el agua al Gobierno en temas que son de calado auténtico y no es capaz de conformar una oposición inteligente.
Mariano Rajoy ha creado una oposición de blandengues y amanerados de la política. Hoy, nadie puede dudarlo, Rajoy es un cadáver frío para la política, inservible para sacar a España de la crisis e insensible para rebajar las cifras del paro, a pesar de su chulesca foto junto a las colas del INEM, donde a punto estuvieron de lanzarle piedras y donde no se libró de insultos mil.
El PP nada entre la indefinición y la contradicción permanente. Y si alguien no lo ve así que nos explique su falta de fuerza en el caso Faisán; su consentimiento en ‘alimentar‘ económicamente a la banca; su apoyo a un plan antiterrorista, donde el Gobierno sigue bajo sospecha; su calamitosa intervención en el caso del agua, por parte de la niña consentida, Lolita de Cospedal; su política de avestruz en el caso Gürtel en Castilla y León, Galicia y Valencia; su temor a la política de evidencias denunciada por la ínclita, Esperanza Aguirre; su permanente falta de oposición; su falta de ideas en la lucha contra la Educación para la Ciudadanía; su calamitosa actuación y su dejadez ante el caso del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca; su falta de ideas ante el Pacto por la Educación; su consentimiento en la lluvia de millones de euros con destino a los sindicatos de clase; su desconcierto en el tema del Alakrana; su fugacidad y miserable actuación ante el secuestro en Mauritania; su silencio ante la deforme política agraria y pesquera de la Unión Europea; su actitud descentrada y aturdida ante las subvenciones millonarias de Chaves desde la Junta de Andalucía; su desconocimiento del pago del PER por levantarse a partir de las doce de la mañana,…. ¡tanto daño está haciendo el PP a la ciudadanía que merece ser corrido a gorrazos de todas las instituciones en las que está y de cuantos lugares ocupa con dejadez, irresponsabilidad y consentimiento!.
El PP nos sigue mintiendo, en la misma medida que lo hace el Gobierno. Se esconde tras sus complejos ante la izquierda retro-progre y de ocasión. No ha sido capaz del asumir riesgos y por eso está como está. Bien es cierto que va por delante en las encuestas, pero tan solo a 4,75 puntos y, con la que está cayendo, si hubiera sido responsable iría a 18 ó 19 puntos de ventaja. ¿Los más sufridos? Pues todos aquellos que aspiran a desalojar de Moncloa al Mr. Bean español, antes de que convierta España en una Venezuela de baratillo.
No tenemos duda que, si Mariano Rajoy no se marcha del PP, los ciudadanos españoles acabaremos ‘haciéndole los perrillos’, de la misma forma que Europa se los hará a Rodríguez Zapatero, para que pueda imitarlo Mr. Bean.