Cada vez hay menos datos que no ayuden a albergar esperanza u optimismo respecto a la creación de empleo. Intentaron tomarnos el pelo con los inexistentes “brotes verdes” y ni uno solo se ha visto en el ámbito laboral.
España va a remolque de Europa por primera vez en muchos años. Si la España de Aznar la vemos como un flamante coche nuevo y con elevado caballaje, la España del mayor creador de paro, Rodríguez Zapatero, hemos de verla como el ‘troncomóvil’ de los Picapiedra, que se desbarata según avanza. Y eso que avanza a paso caracol.
Tal visión de la España de Zapatero ha llevado a todos organismos a reclamar una reforma laboral en condiciones. Ni siquiera el presidente Rodríguez acierta a ver semejante necesidad. Algo parecido le pasó en los primeros momentos de la crisis y ahora vemos las consecuencias: mientras todos levantan el vuelo y empiezan a generar empleo, España sigue anclada en el vagón de cola y con serias dificultades. ¿Culpables? Todos los conocemos: Gobierno aturdido y sindicatos que “bailan el agua” al descentrado y problemático Gobierno socialista.