Hoy en Asturias vivimos un momento económico y político especialmente delicado. A la pérdida, sin alternativas sólidas, de los principales sectores en los que se venía sustentando la economía asturiana se suma aquella otra que tiene su origen en la debilidad de la clase política asturiana. Si la primera es por sí grave, el no contar con personas con liderazgo, capaces de abordar de frente la realidad, con visión de futuro, hace imposible construir un presente para generaciones venideras. Necesitamos personas con talento para dinamizar esta sociedad asturiana adormecida.
Así hemos caído en un letargo que, por incapacidad del gobierno regional y la despreocupación absoluta de la oposición, nuestro futuro está cada vez más en entredicho. Al PSOE las cosas le van muy bien: está en el Gobierno desde hace ya más de 12 años, no le incomodan las críticas de la oposición –y si las hubiera saben cómo endulzarlas- y tiene recambio al ‘Arecismo’. Enfrente tiene a un Partido Popular con encefalograma plano, sin ideas, sin criterio, que ha desistido de ganar las Elecciones, que se siente cómodo en la oposición y que, en definitiva, ha renunciado descaradamente a presentar a la ciudadanía una alternativa solvente, con rigor, para transformar la realidad asturiana alcanzado el Gobierno.
Bajo estas premisas, un grupo de personas militantes y/o simpatizantes del Partido Popular de diferentes ámbitos sociales nos rebelamos ante ello y requerimos un cambio urgente del PP de Asturias, tanto en sus comportamientos, posicionamiento ante la sociedad, como en su actitud. Pensamos que la región precisa liderazgo político y social para defender con valentía nuestros intereses y con lo que actualmente contamos estamos condenados a perpetuarnos en eterna oposición. Por ese cambio de rumbo vamos a luchar denodadamente y actuaremos en todo momento desde el máximo respeto pero con contundencia para con quienes son una rémora en este Partido Popular de Asturias.
Los últimos acontecimientos tanto en el ámbito interno del Partido como los que provienen del desastre de gestión del ‘Arecismo’ y nuestra pasividad ante los mismos nos obligan a romper nuestro silencio y dar un paso adelante: un paso decidido, comprometido.
Vivimos desde hace tiempo con inquietud los avatares del PP de Asturias de la mano de su Presidente, Ovidio Sánchez. Hemos asistido con esperanza al último Congreso Regional pensando que podría ser la piedra de toque que despertara conciencias y pusiera coto a tanto desmán y despropósito. Pensamos que las palabras de Ovidio Sánchez de aquellas fechas eran sinceras y se abría una nueva etapa que culminaría con la ‘era ovidista’ en el Partido Popular. Se nos olvidaba que carece de todo conocimiento del significado de la “decencia política”.
Hoy, a la vista de los acontecimientos, tenemos que decir que se nos ha engañado miserablemente. Después del Congreso Regional todo fue a peor y si por aquel entonces se decía que “todos somos amigos”, “aquí no pasa nada” y se había hecho pública la renuncia del eterno aspirante a la candidatura a la Junta General del Principado de Asturias, los hechos posteriores no han venido a corroborar sus palabras.
Frente a la unidad, desde la nueva dirección regional al día siguiente del Congreso Regional se inició una caza de brujas individualizada a la que se sumaron expedientes de expulsión y se llegó a la intervención –mediante la creación de Gestoras- en las Juntas Locales que de algún modo incomodaban; de tal suerte que hoy hay más de quince Juntas Locales intervenidas en diferentes niveles. Los últimos en sufrir la persecución ha sido la Junta Local de Mieres, para la que desde estas líneas les pedimos paciencia, resistencia y les mandamos nuestro apoyo y solidaridad. También hay que evitar –como está sucediendo- plegarse a los intereses localistas de unos pocos y que unos pocos conviertan el Parlamento asturiano en la caja de resonancia de sus mensajes. Y en todo cuanto dejamos aquí expuesto no nos duelen prendas en criticar y reprochar tanto a quien las han propuesto como a quien las consiente mediante su aprobación o con su silencio en el Comité Ejecutivo.
Por todo lo que antecede, vamos a impulsar por este medio el cambio que desde la dirección regional no se ha querido hacer. Al Gobierno regional se accede desde la unidad del Partido y con el compromiso de todos. No hay que masacrar a nuestros compañeros, no basta con criticar en el Parlamento es además necesario actuar para cambiar las cosas.
Con el camino emprendido desde Manuel Pedregal a lo único a lo que podemos aspirar es a ser perpetua oposición. No interesa ningún candidato alternativo a lo establecido y mucho menos voces discrepantes o críticas, aunque con ello se hipotequen las opciones electorales y la ilusión de nuestros militantes. Saben que aún así, en la oposición se vive muy bien, sus puestos están seguros y garantizados, no hay responsabilidades y una hipotética pérdida de votos no representaría ningún problema pues los privilegios y prebendas estarían garantizados por parte del PSOE para los elegidos.
Como venimos diciendo, procedemos de ámbitos y sectores distintos de la sociedad y a todos nos mueve el mismo objetivo. Por lo tanto nuestras intenciones son claras y no engañamos a nadie: queremos, desde el Partido Popular, alcanzar el Gobierno del Principado de Asturias y para ello los actuales miembros de la dirección regional han demostrado especialmente en los últimos meses sus verdaderos intereses, sus intenciones y sus aptitudes para con la sociedad como para con el resto de compañeros. Todo les importa un bledo con tal de continuar en su sillón.