Sinceramente no acababa de entender el titular de prensa: «Iniciativa interrogará al Gobierno sobre Cristiano». Alguien se está poniendo muy nervioso y se lanza a dar pataletas al aire. Y lo hace con tal de ‘salir en los papeles’, como se decía antes. Hay partidos que quieren su minuto de protagonismo a costa de lo que sea; igual da meterse con los asuntos deportivos que con los 400 euros que el Gobierno prometió y que, dicho sea de paso, han llegado a unos y a otros, no.
Al ver las siglas ICV, uno no acababa de reencontrarse, y menos al relacionarlas con el fichaje que ha llevado la ilusión al madridismo y el disloque a ‘tripleteras’ aficiones. Nos referimos al luso, Cristiano Ronaldo. En principio no sabía si ICV era el Índice de Calidad de Vida, la Iniciativa Ciudadana Vasca, el Instituto de Cerámica y Vidrio o el Instituto Cartográfico Valenciano.
Centrado en la noticia, resulta que quien declaraba que interrogaría al Gobierno sobre Cristiano Ronaldo era el representante de Iniciativa por Cataluña Verdes. No obstante, seguía sin cuadrarme tal predisposición nerviosa y deslavazada.
No podía entender qué tenía que ver Cristiano Ronaldo con una formación política, que actúa como el Guadiana, que aspira a recomponer el espacio comunista catalán, con un discurso político compuesto por tesis eurocomunistas, que es como pensar en clave decimonónica, plenamente desorientada en cuanto a los espacios sociales que busca, además de trasnochada en pleno siglo XXI.
Resulta que el diputado de ICV, Juan Herrera, va a presentar en el Congreso una iniciativa para que nuestro Gobierno «tome la iniciativa a nivel europeo en la limitación de las retribuciones de los deportistas profesionales». Desde nuestro punto de vista, consideramos que la ignorancia abruma al diputado. Claro que, visto desde la perspectiva comunista, si de él dependiera acabaríamos implantando el próximo miércoles la cartilla de racionamiento y recortando cualquier ventaja o derecho. ¡Hasta dónde llegan algunos!
Pero ahí no queda todo. Quiere plantear varias preguntas al Gobierno de Rodríguez, con el fin de que los clubes paguen a Hacienda antes de hacer desembolsos por jugadores. Éste no sabe lo que tiene en casa y piensa que el vecino actúa de igual manera. Cajón de tabla de madera, pero llega tarde. Alguien debe explicarle la pretensión urbanística, con acento de pelotazo, que se pretende con el ‘Mini Estadi’, en contra de los deseos de los vecinos. Juan Herrera no precisa venir a Madrid, pues la ‘paella‘ gorda, confusa y adulterada la tiene en su comunidad.
También quiere saber, Juan, qué piensa el Gobierno del gasto de Florentino Pérez en un momento en que el flujo crediticio no llega a las familias y a las pymes. Por esa regla de tres, un trabajador ahorrativo no debe comprar un coche en solidaridad con los cuatro millones doscientos mil parados. ¡Echa a correr, Juan, antes de que te alcancen los tomates, que van a ser abundantes y de calidad! Y si Juan quiere saber de dónde sale el dinero, pues es bien sencillo: del banco.
Unos bancos que dan crédito a quien les garantiza que recuperarán lo prestado. Y si pregunta que por qué los bancos han dejado de dar créditos a muchas familias y pymes, pues respóndase usted mismo volviendo atrás en la lectura.
La vicepresidenta del Gobierno, ‘Maritere‘, ha dicho que el Real Madrid deberá rendir cuentas a sus socios. Buena respuesta, antes que caer en las extravagancias de Juan Herrera que, con la cara que ponía ante los medios, parecía estar viendo al demonio de cuernos, tridente y rabo. Razón da el proverbio, cuando dice que «quien no tenga un rostro sonriente, no debiera abrir una tienda». Pues eso, Juan, aplíquese el cuento.