Juegan con la población como si fuera una pelota. Tanto el Gobierno de Rodríguez, como la oposición, han perdido el respeto hacia sus votantes. Saben que las elecciones generales están lejos y se sienten con el derecho a dar y a quitar, creyéndose dioses dentro de su miseria.
Han olvidado sus promesas y no quieren que se les moleste, ni en sus vidas ni en sus despachos. Ahora se dedican a atacar las pensiones o, lo que es lo mismo, a buscar fórmulas para recortarlas; pero con un agravante: siguen negándolo, mientras dan con la ‘afortunada‘ fórmula en la que poder apoyarse.