Miguel Ángel Fernández Ordóñez nos ha dejado preocupados con su afirmación. Hasta el Gobierno de Rodríguez se ha asustado, poniéndose de manifiesto las contradicciones en el seno del mismo, además de la diversidad de opiniones y su permanente descoordinación. Nos hubiera gustado oír algo estimulante al presidente del Gobierno, porque si Mariano Rajoy era un antipatriota y un agorero, el gobernador del Banco de España seguramente será eso y más para el Ejecutivo.
Hemos pasado del “alarmismo” al realismo, que es como decir al descontrol y al caos. Cada vez se fía menos la ciudadanía del Gobierno, dado que ha demostrado una clara desorientación, excesivo descontrol, desidia, egoísmo e incapacidad para resolver problemas que, a veces, crea él mismo.
Hace tiempo que diversas organizaciones sociales y económicas vienen exigiendo una reforma del sistema de pensiones y en ocasiones se les ha acusado de alarmistas. Hasta de agoreros se les ha calificado cuando han intentado demostrar que no se pueden seguir pagando a la vez tantas pensiones y a tanto parado. En algún sitio hay que cortar, porque el superávit de la Seguridad Social empieza a quedarse en la categoría de sueño y aspiración, a pesar de las burlonas y recurrentes afirmaciones de la desorientada Leire Pajín.