Mire, señor Urkullu, el pueblo vasco se ha hartado de ustedes, de su represión diferida, de su apoyo callado a ETA, de su confusionismo y de su permanente protección al mundo ‘abertzale‘, con suculentas ayudas económicas a «Etxerat» y a «Askatasuna«. Y lo han hecho por cobardía y por identificación nacionalista, además de por despecho a un amplio sector de la población vasca y española y a las fundaciones y agrupaciones democráticas que han reclamado de ustedes ayuda y comprensión.
El PNV lleva años fomentando la desestabilización institucional. Se ha enfrentado al Estado con auténticas gansadas, como el mal llamado «Plan Ibarreche». Semejante disparate solo puede ser producto del aldeanismo que abandera su partido. Actualmente sería una tremenda irresponsabilidad dejar que el PNV gobernara en minoría, por lo que Pachi López debe ‘atarse los machos’ con seriedad y sentido de Estado; aunque en este caso sea sentido de comunidad autónoma.
Va siendo hora de que el rinconcito vasco se someta a la Constitución, con todas las consecuencias. Desde el PNV se han creído el centro del mundo y el ombligo catedralicio y hemos comprobado que Euskadi sigue atrasado en el plano democrático. Hay que acabar con la violencia y el terrorismo, cuestión intocable para el PNV, más dedicado a subvencionar al entorno asesino que a reconocer a las víctimas del terror.