Quede claro que lo acontecido en el País Vasco es el resultado del hartazgo de la población y del desprecio hacia el independentismo de boquilla. El PNV merece una travesía del desierto durante años. Euskadi no es patrimonio del PNV. Tampoco el PNV es la religión vasca o la prioritaria aspiración ciudadana.
El PSE es el gran triunfador de las elecciones del domingo en Euskadi. Hasta el bachiller ‘Pepiño’ Blanco lo reconoce. No vamos a ocultar que los resultados tienen una gran importancia para el rinconcito vasco y para “los vascos y las vascas”, como diría Ibarreche.