El discurso del PSOE se ha quedado en un discurso de salva-pobres, de engañabobos y de puntuales tuerce-botas. No es lo mismo predicar que dar trigo. Mientras el presidente Rodríguez y su Gobierno de suspensos se ocupan de ‘doña banca’ y su boato, la Iglesia católica se ocupa de los pobres y de los más necesitados, en silencio y con humildad.
Ayudas para alimentos, vivienda, asesoramiento de todo tipo y formación para encontrar empleo son las ‘armas’ de largo alcance de la Iglesia católica, mientras las ‘armas’ de Rodríguez Zapatero son la mala imagen, la dejadez, desidia, abandono de responsabilidad y, como no podía ser de otra forma, la estupidez de quien se siente acomplejado y denostado por los gobiernos de su alrededor. Decía Ángela Merkel que la economía española es un petardo inofensivo que esconde podredumbre y falsedad alargada.