Gobierno regional suspendido por la ciudadanía
Los encuestados han castigado la dejadez del Gobierno regional, la lentitud en el desarrollo legislativo, el desprecio a la ciudadanía, el mal servicio que emana de la Administración central y de la mayoría de los servicios periféricos, la laxitud en la aplicación de normativa y la falta de iniciativas, por citar algunas. El Gobierno de Herrera Campo, Juan Vicente, deberá volver en septiembre. Y deberá hacerlo con deberes contrastados, estudiados y cargados de iniciativa. De no hacerlo se encontrará con un nuevo suspenso.
Un nuevo suspenso, unido a la fuerte crisis de su partido, puede hacer que las cosas cambien. Y no solo pueden cambiar, sino que la calle habla y, cuando lo hace en voz alta, es que está abriendo la puerta al cambio con mayúsculas; el mismo que puede llevar al Gobierno Herrera y a su partido a los bancos de la oposición. En esto tiene mucho que decir el nuevo portavoz y futuro secretario regional del principal partido de la oposición, la organización de éste y su trabajo en aras de la credibilidad que ahora no tiene.
Castilla y León no pueden seguir votando con los ojos tapados. Y mucho menos pensando en que quienes están ahora van a resolver los problemas de la comunidad, cuando no han sido capaces de presentar iniciativas, atraer inversiones firmes y ni siquiera sujetar las que existían. Tampoco han logrado que la juventud permanezca en la comunidad; exportamos mano de obra preparada en mucha mayor medida que la que recibimos. Hasta de la formación profesional siguen diciendo lo mismo que repetían en el momento de la asunción de las competencias educativas.
