Por la información que está saliendo a la luz, ninguno de los posibles remedios puestos en práctica por la Junta de Castilla y León pone fin a la actividad creciente de los topillos. Pintas bastos. Los agricultores han empezado a hartarse de la ineficacia de la Junta y del retraso a la hora de adoptar medidas. El nerviosismo ha empezado a aparecer y hasta la oposición se permite azuzar a la consejera de Agricultura y Ganadería. “El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, habrá de lamentar siempre haber puesto en la Consejería más importante de Castilla y León, (…), a la persona más ineficaz de su equipo que está demostrando, también con la plaga de topillos, su ineficacia absoluta”, en palabras de Villalba, todavía secretario de los socialistas en Castilla y León.
El hartazo de los más afectados lo ha explicado con claridad el secretario regional de UPA. Hasta se ha permitido el atrevimiento de dar un plazo a la Junta de Castilla y León para que surtan efectos las tardías medidas adoptadas. De lo contrario recomienda a los agricultores que no siembren, además de solicitar la declaración de zona catastrófica. “No estamos dispuestos a perder más dinero y a sembrar para que se lo coman los ratones”, según el citado cargo de UPA.
Las actuaciones que lleva a cabo la Junta se han empezado a poner en duda desde el primer día. Y no solo esas, sino también la distribución de los medios materiales por parte de la Consejería de Agricultura y Ganadería. Precisamente por esa desigual distribución, la consejera se ha ganado la fama de ser “un ejemplo más de la ineficacia” que le acompaña. “Ha demostrado su ineficacia allá por donde ha pasado”, decía hace unos días el actual secretario de los socialistas en la comunidad.
Si por algo destaca el referido secretario es por su falta de originalidad en la crítica y su total ausencia de propuestas para resolver el problema de la plaga. Ha estado desaparecido durante semanas, al igual que los consejeros de la Junta de Castilla y León y los procuradores de las Cortes. La garantía de cuatro años más por delante pone de manifiesto la desidia de políticos segundones y su apoltronamiento, además de su falta de criterio y ausencia de soluciones.
Hasta el momento, la imagen que ha trascendido es la preocupación y la búsqueda de soluciones por parte de los afectados, los agricultores; el permanente fuera de juego de la Junta; la descolocación de la consejera, Silvia Clemente; la colaboración tardía de la Administración central, por dejadez y desconfianza de la Administración autonómica; la falta de agilidad de la oposición y el temor de las organizaciones agrarias a que Bruselas se desentienda del tema por incompetencia del Gobierno regional. Todo ello ha conducido al enfrentamiento y a destapar la reiterada incompetencia y dejadez en el tiempo de la Consejería de Agricultura y Ganadería y particularmente la de su titular anterior. Aristóteles acuñó que “olvidar es señal de menosprecio y, por tanto, causa de enojo”. Pues eso.