En el ámbito de la doble moral, tan propia de ETA y Batasuna, se inscribe el llamamiento de Juan Mari Olano para que se termine con las «situaciones injustas e insostenibles» por las que atraviesan los presos etarras. A una persona normal se le caería la cara de vergüenza, pero a estos bandarras no se les cae nada.
El presidente Rodríguez les ha dado alas, con la aquiescencia de buena parte del clero vasco y, entre ambos, han categorizado la vergüenza, el desprecio a la vida, el rechazo a la dignidad de la persona y el reconocimiento a los verdugos. Las víctimas se han convertido en el desprecio del presidente Rodríguez, en su afán por revitalizar a la banda, mientras le aplaudían sus ‘culiparlantes’. El odio se aprecia en la mirada de la barragana de De Juana, Irati Aranzabal. Y como no son suficientes las fiestas que el mundo abertzale está celebrando por el éxito de De Juana, no se cortan lo más mínimo y exigen más gestos al Gobierno.
Juan Mari Olano, portavoz de Askatasuna, está dispuesto a apoyar al presidente Rodríguez. Al fin y al cabo son primos carnales la siniestra abertzale y la siniestra socialista. Y lo son por doble vía: por siniestra y por socialista. ¿Cómo no iban a pactar? Olano lo tiene muy claro: «Le vamos a ayudar, va a poder contar con nosotros para que suelte a los presos enfermos y para crear un clima social y político distinto». Víspera de las elecciones saldrán a la luz las actas de las reuniones celebradas, desde el año 2002, entre ETA y el PSOE. El mundo abertzale llama clima social apropiado a lo que ellos imponen, por lo que siempre hay que tenerlo presente.
Pero todas las traiciones se pagan. El Gobierno ha aceptado el chantaje de la banda. No puede hablar de humanitarismo, porque no lo hay en este caso. La inutilidad del presidente Rodríguez y su galopante fascismo, le han llevado a un callejón sin salida. Por mucho que aleccione a sus ‘correveidiles’, ya no engaña a nadie. Con Miguel Ángel Blanco no se cedió ni un ápice, pero Rodríguez es un ‘Bambi’ desconcertado, un parásito en Moncloa, un mentiroso desorientado y un chapucero consumado. En unas semanas De Juana estará en la calle, de copas y buscando venganza. Que nadie dude de esa venganza; son dieciocho años de odio acumulado. Al tiempo.