Archivo diario: 2 marzo, 2007

Jesús Salamanca Alonso

Nadie puede dudarlo. Estamos en precampaña electoral. Se nota en la calle, en los medios de comunicación, en los debates y en las Cortes nacionales y autonómicas. Sobre todo en estas últimas. Comprobamos que el lenguaje sube de intensidad, los gestos se exageran y los reproches se multiplican.

Si nos ceñimos a Castilla y León, todas esas características han salido a relucir en las Cortes regionales, con motivo del debate sobre “desarrollo rural”. De igual forma hemos escuchado fuertes discrepancias con motivo de la visita del presidente Rodríguez Zapatero a Ponferrada y a León. Los reproches entre PSOE y PP de la comunidad han sido constantes, caracterizándose por la expresión: “¡Y tú más!”, tan habitual entre quienes carecen de argumentos sólidos y convincentes. A veces los ciudadanos no sabemos si nos mienten, se divierten, nos chulean o se ‘acuchillan’ con la dialéctica.

El presidente del Gobierno suele actuar siempre igual: llega, promete y se marcha. Pero lo más grave es que no suele recordar lo que promete. Y eso cabrea al personal. Si la mentira es uno de sus defectos, la amnesia es su pecado. Tan detestable una como la otra.

Y es que las promesas del presidente en León son para escandalizar a cualquiera; tanto por el número de las mismas, como por su incumplimiento. De ahí que los leoneses en general, y el PP en particular, le pidan que agilice las promesas electorales que hizo, antes de comprometer otras nuevas. Nuestro presidente Rodríguez se ha convertido en un personaje que inspira desconfianza, risa y desprecio. Sus reiteradas mentiras son su aval. Ya no hay duda: se coge antes al mentiroso que al cojo. Nadie pone en duda a estas alturas que las mentiras ‘zapateriles’ carecen de recorrido, por cojas y por mentiras.

Rodríguez prometió a Ponferrada el proyecto de Ciudad de la Energía, a la vez que comprometió una inversión de trescientos doce millones de euros, además de ocho mil quinientos empleos. Aquí llegamos,…Ponferrada y Castilla-León siguen esperando. El inquilino de La Moncloa prometió la llegada de la Alta Velocidad Ferroviaria a León en 2008. A día de hoy eso es imposible desde todos los puntos de vista. Tampoco han comenzado los trabajos de la autovía León-Valladolid, ni el Palacio de Congresos de León, ni los paradores prometidos y comprometidos,… Todo ello es una prueba de cómo Rodríguez se cubre de desconfianza, desprecio y mentiras.

Por si eran poco reprochables sus incumplimientos, acaba de estar en León y promete para esa ciudad el futuro Centro de Tratamiento automatizado de Denuncias de Tráfico, ligado al INTECO y a la Dirección General de Tráfico. De pena. Pero Rodríguez aún puede purgar sus mentiras. ¿Cómo? Sencillamente haciendo realidad sus promesas y curando su amnesia. Si es capaz de ‘vender’ el Estado de Derecho a la banda ETA, ¿De qué no será capaz este mentiroso e incompetente?