Diver-gente

Las criptomonedas, con bitcoin como cabeza visible, se venían postulando como valor de reserva por parte de algunos analistas, pero ¿son realmente un valor refugio cuando en tiempo de zozobra inversores o pequeños ahorradores quieren mantener el fruto de su esfuerzo a buen recaudo?

Según Brian Armstrong, cofundador y CEO de Coinbase, el mercado de las criptomonedas podría crecer este año, aupado en parte por una más que posible expansión de la masa monetaria como parte de un paquete de medidas para tratar de hacer frente a la crisis económica que seguirá a la crisis sanitaria.

La tentación de devaluar la moneda

Ante una contracción económica y disminución del crédito es demasiado tentador para una autoridad económica que controle la emisión de moneda fiat no inundar los mercados de papel moneda y disminuir los tipos de interés, y de paso también el valor de la divisa nacional.

Es cierto que facilitar el acceso al capital con estas medidas puede actuar como estímulo para una economía que experimente una crisis, pero para una economía con problemas estructurales graves, empacharla de dinero e inflación puede tener precisamente unos efectos totalmente contrarios a los deseados.

La inflación en las criptomonedas

Las criptomonedas suelen decantarse por dos modelos, o bien tienen un número finito de unidades de sí mismas o bien van aumentando su masa monetaria, pero por un método bien definido, el de la minería. Es bastante gravoso y puede contar con una herramienta correctora, el halving, que cada cierto número de bloques minados reduce la recompensa de criptomonedas obtenidas a la mitad, a pesar de que el proceso de minado es igual de costoso, manteniendo de esta forma la masa monetaria relativamente baja.

¿Sirve este proceso para hacer que el valor de las criptomonedas crezca sine die o al menos se mantenga estable? Ni mucho menos. Si acudimos a una gráfica del precio de bitcoin podemos ver que durante los comienzos de marzo su valor se desplomó muy rápidamente, algo que el común de los usuarios podría achacar a la crisis del coronavirus, invalidando su papel como valor refugio, pero esto es algo que no está ni mucho menos claro.

La estafa china de PlusToken como explicación

El pasado verano se denunció una estafa multimillonaria mediante la cual la exchange china Plus Token se habría hecho con decenas de miles de bitcoins y ethereums, que de forma recurrente y poco a poco se irían vendiendo alterando a su vez el precio de las citadas criptomonedas a la baja. Esto también ocurriría cuando las llamadas ballenas -grandes tenedores de criptomoneda- deciden vender parte de sus reservas.

Esto no es nada nuevo, cada vez que una mercancía inunda un mercado este corrige los pecios a la baja, para de esta forma deshacerse de ellos, entonces ¿es esta la única causa del desplome de los precios de las criptomonedas? Probablemente no, de hecho la economía es un complejo sistema de sinergias, y el parón de la economía mundial que estamos experimentando le afecta en no poca medida, pero quizás después de la actual crisis podamos tener más claro el papel de bitcoin y sus hermanas como activo de reserva o simple medio para especular.

Operar criptomonedas sin comprar criptomonedas

Para quién no desee comprar criptomonedas existe otra forma de operar, el trading de CFDs con algún instrumento financiero; acciones, divisas, criptomonedas etc.

El trading de CFDs no es una forma de operar con criptomonedas sin riesgo, ni mucho menos, pero si es una forma de operar con ellas utilizando sus cotizaciones, por ejemplo el precio del bitcoin con respecto al dólar estadounidense. Es decir, si compramos criptomonedas ganamos dinero vendiéndolas a un precio mayor, si las utilizamos para hacer trading de CFDs deberemos predecir la tendencia del mercado y después establecer un contrato por diferencia, el famoso CFD, en el cual ambas partes, trader y bróker, se comprometen a pagar a la otra parte la diferencia entre el valor de la cotización en el momento de la apertura de la operación y el cierre de la misma.

¿Fácil? No. El trading de CFDs significa operar utilizando apalancamiento, que es lo mismo que operar con deuda o dinero prestado por parte de la firma del bróker. ¿Para qué? El apalancamiento multiplica el valor de una inversión modesta, sin embargo, la posibilidad de mayores ganancias tiene su cara “b” en la posibilidad de grandes pérdidas, que es lo que sucede cuando usamos dinero prestado y las cosas nos salen mal.

Si queremos estudiar esto del trading de CFDs más a fondo es más que recomendable investigar sobre los distintos brókeres existentes antes de arriesgar nuestro capital con cualquiera de ellos. Observando qué nos ofrece cada uno y en qué condiciones; los años de experiencia en el mercado y las opiniones de otros traders, el tipo de regulación que siguen, si siguen políticas que impidan que sus clientes queden endeudados al operar con CFDs o no. En definitiva, considerar todos los puntos que puedan ser importantes y su letra pequeña.

El sector químico está inmerso en una transformación tecnológica que se traduce en numerosos avances tanto para quienes trabajan en ella como para su clientela

Las llamadas nuevas tecnologías ya no son tan nuevas, sino que están ya enraizadas en nuestra sociedad y están presentes en prácticamente todos los aspectos de la vida, ya sea personal o laboral. En los últimos años, las empresas de todo tipo se han ido adaptando a las diferentes teconologías y aprovechando sus avances, que suponen en muchos casos una mejora. Se ha ido produciendo progresivamente una digitalización. Y ¿qué significa esto? No basta con tener cuenta en las redes sociales o plagar las oficinas de ordenadores, un proceso de digitalización lleva detrás un modelo de negocio y una estrategia para integrar las tecnologías y sacarles el máximo rendimiento. La industria química, como muchos otros sectores, está inmersa en este proceso.

La transformación digital es un camino, supone una evolución, y en ningún caso se produce de un día para el otro. Y como cualquier camino, se tome por obligación o por motivación, implica riesgos pero también tiene beneficios. Lo importante es entender que se trata de un cambio organizacional transversal, que impregna todas las áreas, sea cual sea el sector. Paralelamente a este preoceso, ya lleva años produciéndose una internacionalización o globalización de los mercados -y de casi todo-. Los ejemplos de innovaciones están por todas partes: inteligencia aritificial, la domótica, los smartphones, la Nube, los modos de compra y pago online, las recaudaciones por crowfounding o los medios de comunicación, entre muchos otros.

Y en algunos casos, como el del sector químico, estos avances teconológicos pueden suponer, y de hecho así está ocurriendo, una mejora sustancial tanto para las empresas como para sus clientes. Aunque nos parezca que las tecnologías están ya de sobra implementadas, todavía estamos en un proceso de transición, por lo que en las mesas de trabajo las herramientas digitales más avanzadas se mezclan con las probetas y pipetas de toda la vida. Los laboratorios son la cuna de la innovación. De ellos salen muchos avances, y eso es así porque también utilizan las técnicas más avanzadas. Algunos de los elementos que más han evolucionado son por ejemplo las balanzas y los microscopios: existen microscopios de luz ultravioleta, microscopios confocales, de campo oscuro, de barrido etc.

Sin duda son esenciales las innovaciones que se han llevado a cabo en materiales como el plástico o el vidrio, que a su vez permiten confeccionar mejores componentes y productos. Los avances tecnológicos en el sector químico se palpan desde el material hasta el producto final, pasando también por empresas como Quimialmel, que gracias a los avances tecnológicos consigue cubrir las necesidades de producción y fabricación de sus clientes, que se encuentran en sectores diversos, desde la alimentación hasta el textil pasando por la metalurgia. También participa en el proceso de transformación de los recursos, un proceso en el que la teconología ha tenido un gran impacto positivo, y la compra de materia prima.

En un ejemplo de empresa que está apostando por la digitalización del negocio, algo que llevan a cabo a través de una revisión profunda de los procesos de trabajo y un análisis de cómo agilizar los pedidos. Como decíamos, la transformación digital no es algo que se pueda llevar a cabo de forma brusca y sin un análisis previo. La tecnología es un concepto amplio, como también lo es el sector químico, por eso es imprescindible analizar qué tecnologías favorecen a qué empresas.

Tanto las distribuidoras como las fábricas, por poner dos ejemplos, aplican modelos predictivos para calcular la demanda y optimizar las operaciones, lo que ayuda también a reducir el impacto medioambiental. Para aquellas empresas químicas más enfocadas al sector agroalimentario, pueden serles útiles algunas aplicaciones que permiten monitorizar las condiciones climatológicas, economizar tiempos, analizar los mercados, o incluso llevar a cabo operaciones de contabilidad.

En fábricas o empresas que comercializan con productos químicos ya se empieza a hablar de la industria 5.0, que consiste en añadir robots para apoyar al personal que trabaja. No se trata de substituír a las personas por máquinas como en una novela de ciencia ficción distópica, sino de utilizar las teconologías para aumentar la precisión y la rapidez de un personal que debe estar altamente cualificado y contar con experiencia.

En resumen, los avances tecnológicos en el sector químico suponen una ventaja y aplicarlos es imprescindible para no quedarse atrás. Eso sí, siempre respetanto los derechos de los/as trabajadores/as y el medioambiente. En este sentido, las tecnologías no deben suponer una traba sino todo lo contrario, una herramienta para estar más cerca de la clientela, del personal y de otras empresas, estén donde estén. Además, las novedades tecnológicas químicas se traducen en avances de muchos tipos: afianzan las exportanciones, mejoran el I+D+i, facilitan el cumplimiento de los requisitos de salud y medioambiente, fortalecen la seguridad, globalizan el acceso a muchos productos y herramientas, permiten conocer mejor el mercado, etc.

Desde que en la década de los 90 se empezó a hablar en Europa, por primera vez en el mundo, de espacios compartidos de trabajo hasta los más de 1.600 co-working censados en España en 2018 han pasado muchas cosas para que este, relativamente nuevo, concepto se implantara totalmente entre la población.

En estos casi 30 años, los espacios de trabajo colaborativo (“co working” viene del acrómino en inglés de collaborative work) han ido creciendo de la mano de los profesionales autónomos. Cada vez más profesionales se han decantado por ejercer sus trabajos bajo esta fórmula y en un lógico intento de abaratar los costes fijos han optado por trabajar en estos espacios.

Un co-working, a grandes rasgos, es un espacio de trabajo común en el que diferentes profesionales realizan sus tareas compartiendo una serie de servicios (recepción, salas de reunión, dirección y/o domicilio fiscal, etc) y formando una comunidad bajo un espíritu colaborativo.

Las ventajas que tienen son obvias para profesionales free lance, autónomos y pequeñas empresas y no sólo son económicas

Ahorro de costes

Como ya hemos mencionado, la estructura de costes se simplifica mucho al contar con un alquiler mucho más reducido que además incluye una serie de servicios añadidos. Muchos co-working ofrecen además ventajas importantes a la hora de contratar con muchos proveedores debido a los descuentos por volumen que negocian. Desde papelería hasta servicios de reprografía o compra de material informático

Desarrollo de una comunidad

Compartir espacio de trabajo con otros profesionales, aunque sus trabajos no tengan nada que ver, incrementa la creatividad y el rendimiento simplemente por el echo de pertenecer a una comunidad. Las relaciones personales y profesionales que se generan activan las posibilidades de éxito de cada proyecto sin los conflictos que se suelen generar, al trabajar en una empresa, con el resto de los compañeros.

Imagen

No es lo mismo recibir a unos potenciales clientes en un despacho dituado en tu vivenda o reunirte en una afetería que hacerlo en unas oficinas representativas con servicio de recepción y salas de reuniones dotadas de la última tecnología.

Adaptación

Por último pero no menos importante, los co-working están diseñados para cubrir las necesidades del público que los utiliza y por eso mismo se adaptan totalmente a sus necesidades tanto en la duración de los contatos de alquiler del espacio (no son tan rígidos como las ofcinas convencionales) como en los horarios (existen espacios 24/365) que permiten desarrollar tu trabajo independientemente de lo complicados que sean tus horarios o, simplemente, para permitirte conciliar vida labora y personal.