Me alegro. Estoy seguro que se alegran todas personas de bien con la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esa sentencia ha dado carpetazo a las organizaciones que colaboran con ETA. Son ETA. Batasuna y todos sus sucedáneos tienen cerradas las puertas del reconocimiento futuro. Y hay que procurar que no quede resquicio de duda.
Lo triste es que haya sido necesario llegar hasta aquí, escuchando verdaderas barbaridades a las que también ha hecho caso el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Hasta el propio Pachi López se ha brindado a sacar la bandera del colaboracionismo durante los meses de la negada negociación.