Los sindicatos de clase han perdido la memoria, la vergüenza, el saber estar, el sentido común y la dignidad. De ahí que cada vez sea más baja la afiliación. Los trabajadores han dejado de creer en esos clanes de desmemoriados. Recuerden lo que decía John Osborne: “El que tiene mala memoria se ahorra muchos remordimientos”.
El sindicalismo español y sus líderes de cartón postizo han demostrado que ven con el ojo del ciego. Sí, sí, no lo pongan en duda. Según ellos, la culpa es de todos, menos de ellos.
¡Cómo se nota que desconocen lo que es dar seriedad al empleo y no saben conjugar el verbo “trabajar“. ¡Callados están muy guapos! Total…. para decir tonterías… la mejor es la que queda por decir. Dice el refranero que «hay muchos supuestos hombres buenos que solo son malos bichos».