Hace tiempo que los españoles hemos superado la guerra de las banderas, pero un sector radical, como el PNV, no parece querer entrerrar el ‘hacha de guerra’. Siguen siendo antiguos y cansinos, lo que les convierte en odiosos de cara a España y a Europa.
El resentimiento al que le ha llevado el desprecio del pueblo vasco aún no lo ha superado ese partido. Pero tal vez lo más esperpéntico del Partido Nacionalista Vasco es el daño que ha hecho al pueblo vasco durante años, con su apoyo agazapado a ETA, sus órdenes a la Ertzaintza para que ‘hiciera la vista gorda’ ante la banda, su afán persecutorio contra el disidente y su falta de evolución lógica.