CARTAS_OPINIÓN
El domingo 14 me fui a la cama enfurruñada y al día siguiente, al leer EL NORTE DE CASTILLA, aumentó considerablemente el enfurruñamiento. ¿El motivo?, la cantidad de peso que la mochila de mi hijo es capaz de engullir. ¿Saben cuánto pesaba? ¡Nueve kilos! ¿Se imaginan ese peso a la espalda de un niño de 12 años? El otro ataque me dio leyendo el periódico cuando llegué a la página que hablaba de las actividades extraescolares. ¡Colmo de los colmos! Mi hijo, el de la mochila de nueve kilos, no podrá empezar con el deporte escolar en octubre porque ‘nuestras maravillosas cabezas pensantes’ no han querido o no han podido encontrar una solución definitiva al problema desde junio. Pero que más nos da, si no son capaces de resolver el problema de las mochilas de nueve kilos, tan terrible para la espalda, como van a interesarse por las extraescolares que son temas de ‘patio de colegio’. Señores dirigentes, ¡por favor!, no sean cansinos y piensen más en nuestros hijos, en los de la mochila de nueve kilos.
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