El secretario general del PP en Castilla y León ha debido de pensar que daba un paso hacia adelante con su afirmación de “no imponer”, y tampoco “apadrinar” ninguna candidatura de los congresos regionales que se van a celebrar en las próximas semanas. La afirmación del salmantino, Fernández Mañueco, nos da que pensar, porque si en algún momento pasado la formación de derechas se ha inclinado por algún candidato o grupo, eso quiere decir que a alguien le han preparado la ‘gatada’; vamos que, hablando claro, le han tangado con todas letras. A eso se llama engaño, prevaricación y tráfico de intereses.
No atraviesa buen momento el Partido Popular. A nivel nacional no encuentra camino, según unos, o se hunde estrepitosamente, según otros. Hace tiempo venimos diciendo que Mariano Rajoy se ha equivocado con volver a presentarse como candidato en el congreso nacional del PP, al igual que ha errado al nombrar a un equipo que actúa exactamente igual que el ejército de Doroteo Arango: cada uno va a su aire, a la vez que opinan de forma diversa sobre los mismos temas entre los miembros de la dirección nacional.