¡Estúpido payaso, sin gracia!
No sé de dónde ha podido sacar este maltratador de género lo de «Gran», pero de eso no tiene nada. Lo de «Wyoming» es pasable, aunque no es necesario ser tan torpe para buscar un nombre artístico;. Considerar a este maltratador como artista son palabras mayores. En este caso el nombre no dice nada a los espectadores. Lo mismo que no dice nada lo que él cree que son gracias. No hace reír ni al arco iris. Ni siquiera son simples gracietas.
¡Este tipo de mamarrachos donde mejor están es en el paro de Zapatero! Son justamente quienes se han cargado la calidad de las televisiones y quienes han convertido en basura los programas. Mediocres y aprovechados sin oficio ni beneficio. En este caso estamos ante un mal proyecto de médico y un peor proyecto de artista. Sinceramente, es de los conocidos sinvergüenzas con mayúsculas que merecen ser fusilados al amanecer (a las 7:00 a.m.), antes de que sigan maltratando a más mujeres.
Estúpido como persona, como le califican sus compañeros, y burdo como artista. ¡Perdón a los artistas serios! Llamar artista a este maltratador me pone de los nervios. ¡A ver qué dice ahora Bibi Aído, ministra de ‘Nada’ y amparada bajo la falsa igualdad que tanto daño hace a la ciudadanía y donde no tardando aparecerá la corrupción que caracteriza al socialismo español de pandereta y caverna!.
Sigo sin entender qué castigo van a poner a este maltratador de género. Supongo que ninguno, porque es socialista. Otro socialista que apaleó a su esposa aún está por el País Vasco ‘tocando las pelotas’ con la negociación con ETA y el mundo asesino de Batasuna y la ‘serpiente’. ¿Quién es? Pues sencillo: Chuchi Eguiguren, el gran jefe de la mafia-socialista de Bilbao.
Pero de todo el espectáculo que ha montado este ‘cabrón con montera desparramada’ y ‘catedrático de la estupidez consentida’, lo más llamativo es comprobar que al verse acorralado lo ha justificado como un montaje. Además de burdo y tonto es estúpido integral. ¡Pobre mediocre! ¡Pobre mamón resentido! ¡Valiente hijo de la «Gran» puta! Excuse me: he querido decir de la «Gran» Wyoming. ¡Mamarracho de colorines!
Son tantos los calificativos que le han dedicado a este aprovechado que no voy a seguir con el educado, amable y cortes comentario que estoy haciendo y que tú lees, apreciado lector no socialista.
Por cierto, cuanto más difundamos las imágenes del maltratador de género, Wyoming, antes acabaremos con esta lacra de mediocres, bufones y — muchas veces — asesinos.