Frente a la cobardía vasca,
Ignacio Uría nunca pagó el impuesto revolucionario.
¡Sí señor, con dos cojo…!
Son decenas, tal vez cientos, los empresarios vascos que en las últimas cuatro décadas cedieron al chantaje de ETA y acabaron pagando el llamado impuesto revolucionario. Casi todos por miedo, y la inmensa mayoría para proteger a sus familias.
Pero muchos más hicieron frente a los intentos de extorsión y rechazaron contribuir económicamente a la caja etarra. Uno de ellos fue Ignacio Uría Mendizábal, de 71 años, asesinado ayer en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, donde tenía su sede la constructora Altuna y Uría, de la que era miembro de su Consejo de Administración.
FUENTE: elconfidencial.com