No nos extraña que en política interior se sienta responsable de los parados. Más que responsable debió decir y demostrar que se siente culpable. Es muy fácil decirlo, sabiendo que no ha hecho los deberes.
Ni siquiera los parados le creen, después de tanta mentira y tanto retorcimiento de la realidad; constante aumento del paro, recesión, destrucción de cuatro millones de puestos de trabajo; ayudas carentes de sentido para organizaciones como gays y lesbiana de países africanos; abuso de puestos de libre designación con incrementos de hasta un setenta y dos por ciento respecto a los Gobiernos de Aznar; desprecio de los derechos humanos; ataque frontal a las mujeres con la burda ley del aborto; memoria ‘histérica‘; colaboracionismo en la guerra de Afganistán; abandono de la ayuda humanitaria a Irak; revitalización de problemas ya superados,…
Rodríguez Zapatero es el problema, nunca la solución. ¿Pruebas? Mientras el sector más amplio de la sociedad española defiende la vida, a la mujer y los derechos humanos, el socialismo de Zapatero y sus secuaces ‘descubren’ el aborto como forma de dañar a la mujer, matar la vida y reprimir los valores.