Hoy, y sin que sirva de precedente, voy a permitir que escriba el post otra persona. Se llama Marta y cursa quinto de primaria. Espero que disculpen su redacción -la ortografía sí que la he corregido-, pues sólo tiene 11 años.
“Hola, me llamo Marta. La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos traerían una pizarra nueva, sillas nuevas, un telescopio, material nuevo de laboratorio y que nos arreglarían la calefacción. Pero no, sólo trajeron ordenadores.
El primer día no hicimos nada con ellos porque nuestro profe no sabe informática. Dijo que ya miraría algo en casa, pero María la empollona le contestó que ella podía enseñarle, pues en su casa tiene un ordenador y sabe manejarlo. Todos nos reímos, pero el profe no.
El profe también dijo que eran para nosotros y que nos los podíamos llevar a casa. Yo cogí el mío y lo guardé en la mochila, pero a mi amiga Mati se le cayó y se le rompió todo -el profe le hizo una foto-. A Luis se lo robaron unos gamberros mientras volvía a casa y a Santi se lo rompió Mateo, el niño que nos pega a todos.
En clase los que más usan el ordenador son Toni y Andrés. Son dos niños un poco retrasados y que antes sólo hacían que molestar. Ahora con el portátil les ponen una película de dibujos y están más callados.
Ayer nos explicaron cómo sacar información de internet y nos mandaron deberes para buscar en casa. Mi papá, que ahora no trabaja, dice que no tenemos dinero para internet, por eso no he podido hacer los deberes esta semana.
A mi hermano mayor también le van a dar uno y él está muy contento pues dice que podrá colgar fotos y chatear con las chicas. También me ha dicho que, a partir de ahora, no tendrá que fijarse en las faltas de ortografía pues el ordenador las corrige automáticamente”.