“Algunos piensan que por prohibir los toros seremos menos españoles”, ha dicho el portavoz del PSC. No se conforman con prohibirlos en su región, sino que critican lo que llaman sufrimiento del animal.
Estamos ante una corriente animalista que pretende salvar al toro bravo, nacido para morir en la plaza y en festejos varios (origen y señal de identidad de su crianza) y consiente a la vez el sufrimiento humano, traducido en descuartizamiento y muerte del niño en el vandálico, degenerado y monstruoso e inculto aborto.