La situación política y económica que se está viviendo en España es catastrófica, pero desde el Gobierno español trata de ocultarse, en un acto de oscurantismo sin precedentes. Ante la crisis económica, nuestro Presidente del Gobierno ha decidido no reconocerla, lo que expresa la inmadurez, impertinencia y petulancia de sus criterios políticos.
Si no se toman medidas excepcionales con carácter urgente, la economía española va a ser una de las más perjudicadas del mundo occidental, según nos indican medios de comunicación financieros e internacionales, como Liberation, The Financial Times, The Economist, o The New York Times.