Con la reforma fiscal que el Gobierno piensa llevar a cabo en 2010 crecerán considerablemente los impuestos y se suprimirán alrededor de ochenta y seis de las ventajosas deducciones actuales. Como de costumbre: más daño a los trabajadores y fuerte represión al empresario. ¿Resultado? Se destruirá más empleo y aumentará el número de parados.
Actualmente se ha hundido la recaudación y están acobardados en el Ministerio de Hacienda. La fuerte emisión de deuda puede llevar al garete muchas ilusiones y proyectos. Otros ya se han eliminado directamente. Empieza a cumplirse lo que se esperaba del socialismo a la española y de la torpeza de una ‘peña’ de incautos que se han dado en llamar Gobierno de España. ¡Joder, qué tropa más deshonrosa!
En Hacienda hay caja, pero está vacía. Hace tiempo que se mueve con créditos extraordinarios. Muchas jubilaciones han dejado de pagarse, después de revisarse con mala fe y peores intenciones. En las próximas semanas va a empezar la persecución al parado, con el fin de eliminar pagos si se demuestra la existencia de una fuerte economía sumergida y el extendido fraude que se supone entre miles y miles de parados.
Sírvanos como ejemplo el crédito extraordinario de “20.000 millones de euros para pagar las prestaciones por desempleo, la comida de los presos en las cárceles, las facturas del agua, gas y luz de la policía y la guardia civil, entre otros gastos corrientes”. Si a ello se añade que existe un acuerdo tácito y no escrito entre un amplio sector de ciudadanos, que consiste en aplazar todos los pagos a Hacienda, empezando por los del IRPF, pues el Gobierno se encuentra con una mano adelante y otra atrás, sin poder taparse sus vergüenzas.