Sin limpieza no hay más clase
Los alumnos del IES Santa Teresa de Jesús se manifestaron ayer a la entrada del centro porque está sin limpiar desde hace tres semanas. Las encargadas están de baja desde el 24 de octubre
Los alumnos del IES Santa Teresa de Jesús, de Valladolid, no se cortan un pelo y tampoco están dispuestos a que la Administración periférica les tome por ignorantes. Se han hartado de la injusticia y de la dejadez de la Dirección Provincial de Educación. Tal hartazgo ha hecho que el alumnado se manifieste en demanda de sus derechos, ante el abandono de los responsables políticos, inmaduros para afrontar el cumplimiento de los derechos ciudadanos. Y no solo se han hartado, sino que han aguantado desde el 24 de octubre entre porquería y paciencia. ¡Santo cielo, diecisiete días entre porquería!
Esa reacción nos recuerda la actitud de un director de centro público que, ante la dejadez de la administración provincial, y después de soportar la falta de personal de limpieza durante once días, notificó a la máxima responsable provincial de educación que a partir de ese día se hacía cargo personalmente de la limpieza del centro. Y no solo lo notificó a la directora provincial, sino que estuvo varios días haciendo la limpieza del centro en horario nocturno, una vez que alumnado y profesorado abandonaban las instalaciones. Nadie llegó a enterarse del hecho hasta después de varios días, a pesar de que todos encontraban limpio el centro cada día.
Lo más curioso del tema es que un funcionario en función inspectora llegó a decir que era un director peligroso para la Administración, a pesar de impedir que los medios de comunicación provinciales y regionales dejaran en ridículo a la directora provincial y a alguno de sus prebendados. En una palabra: resolver problemas es ser peligroso. Y nosotros nos preguntamos ¿Cómo hay que llamar al político o técnico que ni resuelve ni deja resolver? ¿Quieren saberlo? Nos reservamos el adjetivo por su dureza, pero imagínenselo.
Leíamos esta mañana en la prensa local, y referido al citado instituto de secundaria, que «…nadie se encarga del barrido de los pasillos, de la higienización de los cuartos de baños ni de la retirada de los restos de tiza de sus clases. Y por eso mismo, los papeles y las basuras se acumulan en los rincones, muchos baños están cerrados para evitar mayores atascos y los cubos rebosan de restos». Hay hechos que cuesta creerlos, no solo por la irresponsabilidad de los técnicos y políticos obligados a resolver, sino porque han sido en este caso los propios alumnos quienes han puesto en vergüenza ante la sociedad la incompetencia que rodea a algunos de los afines a ‘Juanvi’ Herrera.
Cuando se dan situaciones como la que nos ocupa es cuando entendemos aquella frase que hemos repetido varias veces y que hizo famoso al presidente de la comunidad ante la pregunta de la oposición: «Rodeado de imbéciles, gobierne usted si puede». Si el presidente Herrera no sabe a qué atenerse con la aplicación de su política pendular, unas veces, y serpenteante, otras, varias decenas de adolescentes pueden asesorarle como se ha visto estos días. Y además no lo harían mal, con lo que el Ejecutivo regional podría prescindir de tanto rácano como le rodea entre afines al PP, ‘señoras de’, allegados ocasionales y prebendados. Alguien tiene que coger al toro por los cuernos. Ahora entendemos la campaña surgida hace unos días en Castilla y León: «Contra la política de Herrera, tolerancia cero».
Diecisiete días aguantando en clase sin limpieza en el centro. Ni los más viejos del lugar. Esta vez, alumnado y profesorado se merecen matrícula de honor por su paciencia y por llegar al límite. De lo que también estamos completamente seguros es de que ni el presidente Herrera, ni sus ‘pasamanos‘ aguantarían tanto tiempo en sus despachos sin limpieza. Se creen superiores y dan a entender que la ciudadanía está inmadura, a la vez que una y otra vez demuestran menosprecio al votante y enfado cuando el ciudadano recurre a ellos. Se consideran por encima del bien y del mal hasta vísperas de las siguientes elecciones. De pena. ¡Pobres payasos, que ni en el circo encuentran acomodo!