“La caradura es emblemática a la altura del facineroso, que cuela irregularidades con la misma astucia que oculta sus negocios”.
Por Ignacio Fernández Candela / EL CORREO DE ESPAÑA / Dicen de Ábalos que la expresión no le cambia; la lleva como seña inspirada, igual que la naturaleza viste a bichos ponzoñosos con multicolor advertencia. La caradura es emblemática a la altura del facineroso, que cuela irregularidades con la misma astucia que oculta sus negocios.
Es el gánster de Pedro Sánchez, dicen, parece la caricatura de un tebeo, la faz del malhechor de ficción trasladada al gobierno. Que no engaña el espejo del alma cuando habla, ni disimula la intención navajera cuando amaga. Que si no fuera por los favores de la Fiscalía, y cuantos se dejan comprar, vendida tenía la vida en los tribunales con los trajines del Delcygate y su paseo por Barajas. Sigue leyendo