“Por mucho que la ministra comparezca en el Congreso va a ser muy difícil que borre la mala imagen que se ha creado”
Por Jesús Salamanca / En la rueda de prensa reciente, la ministra de Justicia, Dolores Delgado, no ha convencido a nadie. Es tal el grado de mentira en que ha incurrido el Gobierno y sus componentes que nadie les cree. Quienes iban a regenerar el panorama político, lo han degenerado como nunca. Y para guinda del pastel, sale el presidente de la Organización de Estado Americanos (OEA) y dice que “Rodríguez Zapatero es un imbécil” por decir lo que dice sobre Venezuela y del régimen dictatorial de Maduro.
No entraremos en valoraciones, pero en España ya conocíamos que era gafe y que no es la persona más idónea para encarnar misiones de calado. Juzguen ustedes: de momento en la OEA están que trinan. Tampoco es de recibo que el Gobierno español solicite que se retire el calificativo lanzado contra Zapatero; la ciudadanía está harta de que el PSOE diga una cosa en la oposición y otra en el Gobierno. Ya está bien de hacer de Marx, no de Karl sino de Groucho. No se imaginan cómo hablan de Zapatero en la oposición venezolana: empezando por “traidor”, siguiendo por “corrupto colaborador” y acabando por “despreciable”.
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