La presión a la que han sometido a Herrera Campo ha sido un escrache en toda regla por parte de los alcaldes de su propio partido.
Uno de los muchos problemas que tiene Castilla y León es la ruralidad, lo que no quiere decir que no haya otros de capital importancia: casi nulo crecimiento vegetativo y fuerte emigración. Lo hemos podido comprobar en el intento de supresión del primer ciclo de la ESO en 59 centros de la zona rural. Y decimos “intento” porque el presidente se ha visto obligado a rectificar ante la presión de los alcaldes y padres afectados. Juan Vicente Herrera ha corregido a su consejero de Educación; una corrección que no es la primera ni será la última, porque cada vez que se mete en un charco el consejero –Juanjo Mateos—acaba salpicando a todos los que están alrededor y manchando la imagen de la Junta y del Partido Popular.
El intento de seguir la normativa al pie de la letra, por parte del consejero de Educación, hubiera supuesto una ‘depresión’ más para la zona rural. Todo ello ha hecho que se enfrentaran las partes, incluso siendo del mismo partido político. Juan Vicente Herrera ha estado a punto de verse inmerso en un serio conflicto, por culpa de la incompetencia de su consejero de Educación y de todo el equipo de la Consejería. Por cierto, estamos hablando de la Consejería peor valorada por la ciudadanía de Castilla y León. La presión a la que han sometido a Herrera Campo ha sido un escrache en toda regla por parte de los alcaldes de su propio partido.
Tanto el consejero de Educación como todo su equipo han ‘metido la pata’ y bien metida, aunque el viernes pasado el boletín oficial de la Comunidad ha corregido las discrepancias entre el presidente y el consejero. Herrera dio orden de que continuara el primer ciclo de la ESO en las 59 localidades afectadas, incluso que se autorizara a impartirlo en los centros de infantil y primaria de las localidades que lo suprimieron el curso pasado; por cierto, el mal se hizo y rara será la localidad que pueda volver atrás: hay que recordar que muchas familias han emigrado a pueblos donde sus hijos pudieran estudiar.
Ese movimiento migratorio ya no tiene marcha atrás y el daño está hecho. Ya decía alguien que “cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. En las Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León han demostrado que son como el ejército de Doroteo Arango (Pancho Villa); es decir, cada uno va a su aire y no se coordina con el que tiene al lado. Tal actitud es grave, muy grave, por lo que el consejero debe recapacitar y marcharse. Con los múltiples errores que ha cometido en el terreno educativo, estará en deuda eterna con Castilla y León. La rectificación por parte del presidente ha hecho que Juanjo Mateos quedara “como Cagancho en las Ventas”.
La conclusión es que hemos comprobado una gran descoordinación, un desajuste brutal, un alejamiento de la realidad y un daño difícil de cuantificar. No nos extraña que alcaldes, concejales, AMPAs y otras asociaciones hayan pedido el cese de Mateos por incompetencia manifiesta y reiterada. De ahí que muchos docentes se hayan unido a tal petición y aprovechen la ocasión para reiterar ese deseo. Juanjo Mateos está incapacitado para seguir al frente de la Consejería de Educación. Incluso, se merece un escrache en toda regla. Extensible a su equipo de irresponsables.
Últimamente, el presidente de la Junta ha demostrado que quiere lejos a Juanjo Mateos y a todo su equipo. Este consejero le estropeó los éxitos de varios programas como “madrugadores”, “conciliación en vacaciones”, etc. Y ahora Herrera quiere reconstruirlos pero responsabilizando de ello a la ínclita consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades. Esa elección no es por casualidad. El presidente busca la mejor ocasión para deshacerse del consejero Mateos y su gente: sin duda ha sido el peor equipo que ha tenido una Consejería desde la asunción de las competencias educativas por parte de la Junta de Castilla y León. Juzguen ustedes.