Los dirigentes de IU deberían saber que no hay que hablar mal del puente hasta haber cruzado el río.
El coordinador regional de Izquierda ‘Hundida’ Castilla y León, José María González, no se ha cortado ni un pelo y, como es costumbre en él, lo mismo le da planchar huevos que freír corbatas; es decir, actúa como el presidente Zapatero: habla pero no sabe si mata, hiere o espanta. Acostumbra a meterse en todos los charcos, le incumban o no. Y, claro, así le cubre el pelo.
Según el citado coordinador regional, la decisión adoptada por los comunistas de Extremadura, al abstenerse en la investidura de la presidencia autonómica, representa «grave perjuicio» para la izquierda de todo el país. Y todo ello porque el comunismo extremeño ha huido del PSOE como gato escaldado huye del agua. ¡Vaya razonamiento del señor González! ¡Qué nivel, Maribel! “No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven”, decía Billy Cosby. Y mucho de eso le sucede al comunismo español, cubierto con pieles dóciles y aspiraciones inconfesables.
El tal González no parece conocer la Historia del comunismo ni del socialismo extremeño; aún no le han explicado a José María que el PSOE-E lleva decenios intentando hundir más a Izquierda ‘hundida’ con la malsana idea de hacerla desaparecer, incluidos sus ‘valores’ comunistas. Hoy, IU de Extremadura ha votado en conciencia y su decisión ha sido acabar de una vez con la corrupción e imponer un gramo de cordura, aunque para ello haya tenido que utilizar a la ‘derecha mariana’. El tiempo dirá si ha acertado o no. La dirección nacional de la izquierda radical que supone IU se ha pasado los pueblos de tres en tres, sin pararse a reflexionar, como suele ser costumbre en esa formación. Los dirigentes de IU deberían saber que no hay que hablar mal del puente hasta haber cruzado el río.
También, de paso, alguien debería explicar al nuevo portavoz del Grupo Mixto en las Cortes de Castilla y León que para León y para Castilla es un grave perjuicio y una grave vuelta atrás en el diario avanzar de la democracia, el hecho de que el comunismo vuelva a estar presente en las Cortes castellano-leonesas. Así lo han querido un puñado de ciudadanos y ciudadanas, por lo que no hay nada más que objetar pero seguramente no son conscientes del daño que hacen. La pena de esa presencia es que difícilmente aportará nada provechoso. ¿Apostamos?
Como de costumbre intentarán llevar la burra al trigo, a la vez que desestabilizan la realidad diaria. El refranero dice que la memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla. Nadie duda a estas alturas que IU va de mal en mal amigo. Recuerden que ni siquiera el grupo de ‘perro-flautas’ quieren cerca a esta formación que pretendió capitalizar el movimiento del 11-M. Pues eso.
En cierto modo, este último párrafo me recuerda a aquel concejal de IU en un pueblo vallisoletano, cuya primera moción fue prohibir a los concejales a acudir a la iglesia, a procesiones y otros actos, porque la Constitución recoge que estamos en un país aconfesional. ¡¡Qué nivel el de ese concejal! Y es que barrer interesadamente hace mucho daño a todos, pero ya saben que la ignorancia es muy atrevida: confundir la aconfesionalidad con la libertad de expresión y manifestación tiene su peligro. Algo que la izquierda radical no suele entender nunca, salvo que le beneficie.