El MEC recurre las oposiciones de maestros de Castilla-León

No nos sorprende ya el daño que el Gobierno central ha hecho a la sociedad española en los últimos siete años. No solo ha arruinado el tejido empresarial — en connivencia con los anticuados e inservibles sindicatos — sino que ha malgastado a manos llenas los fondos públicos, no ha hecho los deberes contra la crisis, sigue aumentando el número de parados y no se le cayó la cara de vergüenza cuando se sentó con ETA de tú a tú, como si se tratara de Estado a Estado.

Puestos a hacer el ridículo, el Gobierno de Rodríguez Zapatero,  a través de la Abogacía del Estado, está dispuesto a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León,  el Decreto  por el que se aprobó la  Oferta de Empleo Público de 2011 en Castilla y León. Está clara la insensatez y la mala fe del Gobierno socialista, empeñado a dañar a la sociedad castellano-leonesa sin motivo y en crear problemas allí donde no los hay. Ese ha resultado ser el “talante” al que aludía Rodríguez ‘Vendeburras’ cuando estaba en la oposición.

Evidenciamos una falta de transparencia y una manifiesta incoherencia en quienes dicen representarnos, tanto en el plano nacional como en el autonómico.  Han empezado a tirarse los trastos a la cabeza en vez de sentarse a estudiar, por poner un ejemplo, la necesidad  de  la convocatoria de las oposiciones al cuerpo de maestros.

Los docentes siempre hemos entendido que la educación es un servicio esencial para la ciudadanía; pero tan esencial que debe ser ajeno a los recortes presupuestarios y lo mismo debe suceder con la sanidad. Así sucede en los países de nuestro entorno, pero nuestros políticos no aprenden o no les interesa aprender: es cierto que la educación no es tema de moda, porque no aporta resultados a corto plazo. Políticos así, no solo han perdido la vergüenza sino que ven como la ciudadanía les ha perdido el respeto.

Sorprende la denuncia del Ministerio de Educación, cuando él ni siquiera ha sido capaz de aglutinar los intereses nacionales. La Conferencia Sectorial de Educación ha demostrado en numerosas ocasiones la incompetencia y desidia de Ángel Gabilondo. Es incapaz de liderar el avance del sistema educativo, como es incapaz de poner de acuerdo a las comunidades autónomas.

Según hemos podido leer en los medios de comunicación, el sindicato CSI-CSIF ha montado en cólera ante la demostrada indignidad del Ministerio. Sin duda, no ha podido ser más claro: «Bochornoso comportamiento el del Gobierno que recurre ahora las oposiciones ya convocadas; inconcebible, por otra parte, que se actúe de forma tendenciosa contra los opositores de nuestra Comunidad Autónoma, al haberlo hecho una vez finalizado ya el plazo de inscripción».

Ahora toca a los opositores pagar en las urnas al Gobierno de Zapatero. Y no deben olvidar el daño que ello supone para opositores, sus familias y la propia comunidad autónoma. De nuevo estamos ante el resultado de la improvisación, la demagogia, el desprecio al contribuyente y la indignidad reiterada de un Gobierno que ni siquiera sirve ya para tacos de escopeta.

Estamos en campaña electoral. Es éste el momento de examinar y poner ante sus propias contradicciones a los políticos que aspiran a seguir sirviéndose de las distintas Administraciones.  Es cierto que a veces hablan de educación pero son incapaces de entender la importancia de ésta. Y si no son capaces de eso, ya me dirán ustedes lo que les importa la calidad o la excelencia del sistema educativo, su desarrollo y aplicación.

Ni podemos admitir este tipo de barbaridades al Ministerio de Educación ni los constantes  atropellos al Gobierno central ni siquiera el atrevimiento y la injusticia de suprimir las oposiciones al cuerpo de maestros en Castilla y León. Dentro de unos días vamos a las urnas: hay que recordar en ese momento que el voto en la urna socialista es simple papel higiénico en el cuidado mantel de la fiesta  de la democracia.

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