La masacre de Libia no aporta nada positivo, como no lo aporta ninguna guerra. En vez del diálogo, se ha elegido la vía de la confrontación, la muerte y la represión. Rodríguez ‘Vendeburras’ ha metido a España en un laberinto peor que el de Ariadna en la mitología griega; bien es verdad que hay una gran diferencia: aquí no habrá hilo para guiarse. Los países árabes no van a perdonar ni a España ni a ‘Vendeburras’ la atrocidad que están cometiendo con Libia. Ya se sabe que quien siembra vientos recoge las correspondientes tempestades.
En la guerra contra Libia no habrá premio, como no lo hubo en la guerra contra Irak. El odio solo alumbra odio, como la sinrazón solo luce en la casa del miserable. Muchas veces, la mala fe y la desorientación de los gobiernos deberían reflexionar sobre el pensamiento de Séneca y comprobar que el premio de toda acción buena es haberla hecho.