No solo ha habido que pagar al consejero (71.766 euros), sino que además esa Consejería contaba con un secretario general (66.085 euros anuales), varias direcciones generales (Administración Territorial, Políticas Migratorias, Protección Civil,… con 56.108 euros cada director general). Y por si fuera poco, una Gerente Regional de Justicia con un sueldo de órdago a la grande: 66.085 euros, pero sin competencias, ya que Castilla y León no está interesada en tal asunción, y por eso no las ha asumido a lo largo de la legislatura que ahora acaba. Todos esos cargos, y muchos otros más, han configurado durante cuatro años la Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Castilla y León.
¿No era suficiente con el gerente de Justicia del Gobierno central? ¿Qué carajos gaiteros ha hecho estos cuatro años la gerente regional de la Junta de Castilla y León? ¿A qué se ha dedicado? ¿Quién ha sido el irresponsable que ha creado esa Consejería y todo ese ejército de cargos innecesarios, costosos y corregibles? ¡Por Dios, que alguien investigue, y que lo haga ya, porque el ‘pájaro’ principal de esa consejería se va a Salamanca como candidato a la alcaldía, para coger el relevo del ínclito Julián Lanzarote!
Tampoco estaría de más que la Fiscalía Anticorrupción echara un viajecito por Castilla y León, aprovechando la próxima sentencia del Caso Gürtel; la presunta corrupción del huerto solar de Villadangos (León); la todavía presunta implicación del presidente de las Cortes de Castilla y León, así como el impago a los cargos directivos de los centros de EPA donde se imparte educación secundaria para personas adultas.
El Procurador del Común ya se ha pronunciado al respecto en algunos temas (si bien creer en la Justicia de este país empieza a convertirse en un acto de fe) y aún está pendiente que la Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería de Educación de Castilla y León conteste con una base sólida y una normativa fundamentada, sobre todo cuando deba remitir información a la Fiscalía Anticorrupción.
Y por si no era suficiente, el PP nacional dedica su tiempo libre a organizar foros sobre educación para llegar a conclusiones premeditadas, haciéndolo en lunes y martes, precisamente días en los que deberían estar trabajando, en vez de holgar innecesariamente para atraer la foto de la prensa local y nacional. Si a ello se une la sarta de barbaridades que han dicho algunos consejeros de educación, como el de Castilla y León, entonces sí que hay que estar preocupados de verdad. Y muy preocupados. Claro que, en algunos medios de comunicación, la ciudadanía les ha llamado de todo, menos guapos, trabajadores o eficaces.
Como de costumbre, y para incidir en la tristeza de mis conciudadanos, el presidente Herrera Campo ha seguido estando en fuera de juego, aplaudiendo con las orejas y dejándose hacer la permanente; es decir, soportando y aguantando engaño tras engaño, además de falseada información. Lo mismo, exactamente igual que lo que han hecho con él sus altos cargos durante estos últimos cuatro años; en algunos casos simples jefes de servicio convertidos en esbirros del correspondiente director general o directora. No hay duda que algunos aprendieron en las filas del PSOE y ponen lo aprendido a disposición de su actual jefe dentro del Partido Popular. Cría cuervos.