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«¿Qué he hecho mal, mami? ¿Por qué me han puesto una pegatina roja?», le preguntó un niño de 5 años de Sitges (Barcelona) a su madre cuando llevó a casa el expediente de notas del colegio. El documento en cuestión (ver imagen), para «enmarcar», califica el nivel de lenguaje verbal del alumno en varias facetas —expresión oral, pronunciación, etc.— que son evaluadas de forma gráfica, como si fuera un semáforo, con una pegatina verde, amarilla o roja según el nivel.
En el punto tres del escrito, se lee (en catalán, faltaría más): «Participo en conversaciones utilizando la lengua vehicular del centro». Y, al lado, una pegatina circular de color rojo —color de estigma—, señal de que en este apartado no se progresa adecuadamente.
Una marca que hasta un niño de 5 años entiende como negativa, aunque no alcance a comprender todo su significado porque no sabe leer bien. De ahí el «¿qué he hecho mal mami?» con cara de susto, una reacción que indignó a unos padres que hablan en castellano en su hogar y que ahora mismo están aún pensando qué le van a contestar a su hijo.
La política de discriminación del castellano en el colegio que se practica en Cataluña, que pasa incluso por ignorar (desacatar) sentencias del Tribunal Supremo, llega a afectar a los más débiles, indefensos e inocentes: a los escolares. Desde más pequeños desde la Dirección de Educación los intimidan de esta forma en sus relaciones con otros compañeros en horas de recreo y discriminan a todo aquel que no llega a entrar en un país de pensamiento único que solo está en las intenciones de los nacionalistas, sean de derechas o de izquierdas, y quieren convertir irremisiblemente a los ciudadanos en súbditos. Orwell no lo hubiera previsto mejor.
Este fue el sistema que utilizó el General Franco para intentar erradicar el idioma catalán de Cataluña durante la dictadura. Por cierto que después de 40 años no logró su objetivo. El nacionalismo catalán es franquista hasta en su metodología y ahora son los nacionalistas catalanes quienes están aplicando el mismo sistema fascista hasta las últimas consecuencias contra aquellos que hablan el idioma español en el colegio y las instituciones. Espero que tampoco se salgan con la suya.