Sería conveniente que el Observatorio para la Convivencia Escolar se reuniera más a menudo en Castilla y León. Seguramente tendría más claras las ideas y la catalogación de lo que es un alumno conflictivo. Más vale que aclare este político por qué cuando un director o profesor contacta con la Consejería de Educación para asesorarse, le pasan de teléfono en teléfono haciéndole perder la paciencia, el tiempo y la mañana, a la vez que comprueba la ineficacia de los responsables más directos que, por cierto, ‘pierden el culo’ para hacerse la foto y salir en los medios de comunicación ‘a toro pasado’.
Desconozco si lo de ‘echar balones fuera’ forma parte de los objetivos de la Consejería de Educación de Juanjo Mateos o el Observatorio solo observa y no actúa. Hay centros que se tienen que ‘comer con patatas’ a diario los actos de indisciplina del alumnado, porque desde la Consejería no se da ningún tipo de apoyo y tampoco desde los servicios periféricos de educación. Doy fe reiterada. Hay que presionar hasta el límite para que alguien se implique y no siempre se consigue. Algunos, con tal de mantener el ‘machito regalado’ son capaces de jurar en arameo aunque no conozcan la lengua.
Sin duda, afirmaciones como las que hace este muchacho, –hoy viceconsejero a dedo de la Consejería de Educación — no podría hacerlas a la cara de quien escribe ni ante el profesorado que puede dar fe de cuanto indicamos.