La frontera de Europa

Pascual y Vilalta, irresponsables juerguistas a costa del contribuyente español.

Empieza el curso político con los mismos problemas con que acabó el período anterior, que se ha visto agravado en estos últimos días por tres acontecimientos,  todos ellos derivados sobre nuestra caótica política exterior. El asesinato de dos guardias civiles más un traductor español en Afganistán por parte del chofer del jefe de policía local, nos vuelve a plantear el debate sobre nuestra participación en una guerra que no quiere reconocer como tal nuestro gobierno, y que nos quiere confundir como ayuda humanitaria y de la que ya tenemos que lamentar cerca de un centenar de muertos y otro debate sobre las precarias condiciones de seguridad con que están trabajando los militares que están en esta región.

El lunes y después de nueve meses, han sido liberados los dos cooperantes Roque Pascual y Albert Vilalta que han estado secuestrados en el Sahara por Al Qaeda, después de un larga negociación que se resumió con la liberación por parte de Mauritania de uno de sus cabecillas y el pago de un rescate de unos 9 millones de Euros ante las protestas de las naciones africanas y europeas que ven cómo con  este proceder se incentiva la financiación de estas bandas terroristas y la comisión de nuevos secuestros y con la seguridad del pago del rescate, obtener vía libre a los secuestros de españoles que andan por medio mundo. Habrá que plantearse también sobre la necesidad de la organización de estas caravanas turistico-solidarias subvencionadas, cuando su misión se puede llevar a cabo por otros medios sin tener que poner en peligro a los expedicionarios.

La otra cuestión que lleva más de dos semanas danzando ha sido el bloqueo de la ciudad de Melilla por organizaciones alentadas por el régimen alauita por razones tan estrambóticas como la violencia de las agentes de la policía española sobre los ciudadanos marroquíes.  La Comunidad Europea otorga una generosa cantidad para el control de sus fronteras con Marruecos, son unos 185 millones de EUROS al año para las instalaciones y dotaciones de los puestos fronterizos y puestos de control y observación de sus fronteras más 700 millones en concepto de ayuda para inversiones desde España en Marruecos deben de dar para mucho más que para unas garitas (4 en Melilla y otras tantas en Ceuta) en lugares aislados y peligrosos que solo disponen de garita, silla, parasol y prismáticos como dotación al guardia civil como se ve en la foto.

Todo ello no es más que unas muestras de la catastrófica situación de la política exterior de España de Zapatero, sin ningún peso en la política internacional, que anda suplicando de rodillas con la billetera llena ante todos los gobiernos del tercer mundo.
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