Dañando el futuro de Castilla y León.

Juan Vicente Herrera Campo, presidente de Castilla y León.

«Hoy hay menos comunidad, menos habitantes, menos empresas, menos autónomos, menos explotaciones agrícolas y ganaderas y casi menos músculo financiero. Éste es el verdadero debate», en palabras de Óscar López, secretario regional de los socialistas y presunto candidato a ocupar la Junta de Castilla y León. Y es así. A estas alturas de la película, nadie duda que Óscar ha dicho lo que piensa la ciudadanía. Durante los muchos años que Herrera Campo ha dirigido los destinos de la Comunidad, ésta no ha conseguido salir de su atraso.

León y Castilla precisan de una regeneración urgente que abarque desde proyectos de futuro hasta perspectivas de afianzamiento de nuevas infraestructuras empresariales. Pierde población Castilla y la pierde León. Pero no solo comprobamos que vamos a menos, sino que la población de la Comunidad está cada vez más envejecida y la administración regional más adocenada. Herrera Campo, Juan Vicente, y sus equipos de Gobierno han hecho excesivo daño a Castilla y León. La pena sería que continuaran en el Gobierno regional tras las próximas elecciones. Tal vez si siguen ahí, dormitando y avergonzando a la población, será por demérito de la oposición en Castilla y en León y nunca por mérito propio.

¿Y qué decir el tejido empresarial? De momento casi dos mil autónomos se han dado de baja en la región, lo que quiere decir que apenas se contratan trabajadores. Perdemos efectivos, perdemos puestos de trabajo y se descontrola el futuro de la Comunidad. Las empresas cierran en Castilla y en León. No llega aire fresco y los universitarios se ven obligados a emigrar; ahí tienen cientos de ingenieros de las distintas especialidades que no pueden trabajar en Castilla y mucho menos aún en León. Madrid, Valencia y Cataluña son los grandes beneficiados. Mientras otras comunidades invierten en tejido industrial, Castilla y León les aportan mano de obra especializada y, en muchos casos, experta en calidad y excedencia. Pero vamos más allá: ni siquiera los titulados en formación profesional ven perspectivas claras; los trabajos temporales no son futuro, son simple lastre.

El presidente se ha dejado arrastrar por las medidas incomprensibles que ha adoptado el Gobierno de la nación. A Herrera Campo y a su equipo les ha faltado tiempo para actuar sobre las nóminas de los trabajadores de la Junta y han dado a esas un tremendo mordisco. Es el mordisco de la impotencia, del ridículo, de la huida hacia adelante y del egoísmo. Si bien a los consejeros también les ha rebajado un poquito, lo cierto es que no es lo mismo un cinco por ciento de un sueldo bajito que un quince por ciento de un sueldo desorbitado.

El momento por el que atraviesan el país y la comunidad de Castilla y León debería hacer reflexionar a Juan Vicente. En este momento sobran las comunidades autónomas y las Diputaciones. Son dos de las instituciones que más gastos generan y mayor inutilidad aporta a la ciudadanía. Y, sinceramente, no pasaría nada si se quitaran competencias a las autonomías; unas competencias que, en muchos casos, sólo sirven para dar pasos hacia atrás. De momento, no estaría de más reducir Consejerías. En Castilla y León sobran tres y se pueden integrar otras. Se ha experimentado sin sentido y ahí están las consecuencias.

Cuando se lleve a cabo el debate sobre el estado de la región, el presidente podrá predicar en la dirección que desee, pero la Comunidad se muere. Y ese es el verdadero debate. Claro que, mientras el Gobierno de Herrera demuestra una brutal incompetencia, la oposición no ha conseguido ‘torear’ en plazas de primera. Se le va la fuerza como a la gaseosa e incurre permanentemente en contradicciones, como consecuencia de la desorientación y de las actuaciones del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Y si a ello unimos la inexistencia de portavoz del PSOE en las Cortes de Castilla y León, pues ya nos dirán ustedes.

Óscar López ha demostrado claridad de ideas y las ha sabido exponer, pero se quedarán en eso, sin más. La abrumadora mayoría parlamentaria de Herrera Campo, Juan Vicente, seguirá trillando el futuro de la Comunidad, lo que significa seguir perdiendo población, cerrando empresas, riéndose de nuestro futuro, abandonando explotaciones agrícolas y ganaderas, exportando universitarios e importando mano de obra sin cualificar. ¿Y el parón que sufre actualmente la formación profesional? Resulta inexplicable y sorprendente, pero con los bueyes que estamos arando no podemos abarcar más obradas.


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