En ÑTV España / Para toda persona decente y para la mayoría de los de su calaña, la caída en desgracia de la pareja Iglesias & Montero ha supuesto una enorme satisfacción.
Algo inimaginable no hace tanto tiempo, cuando el mequetrefe, por azar del destino, siempre tan caprichoso en esta España nuestra, se retrataba con sus piernas arqueadas, su media chepa y su pelo grasoso, con la cartera de vicepresidente del Gobierno de España, paradoja máxima de quien la quería sustituir por una república bolivariana.
¡Destino cruel!, se lamenta el mequetrefe-bolivariano en la soledad de la noche estrellada de Galapar, mientras oye sollozar a su compañera, que ni se peina ni se lava, todo el día tirada en la cama. Pero igual que la paloma de Alberti, también se equivoca Pablo Manuel.