A Mónica García, todavía líder de Más Madrid, ya le comparan con el vino Sansón y con la Quina San Clemente que, cuanto más se investiga en esas bebidas, más propiedades nuevas encuentran en ellas.
Jesús Salamanca Alonso / Mónica García, alias «ME-MA» y «Pistolera», no se había percatado de que tenía un chalet en situación totalmente irregular y en un espacio reservado para la construcción de un Hospital. No sé si eso puede pasarle a cualquiera, si la gente se olvida de que tiene propiedades por el mundo o le surgen de repente como surgen los níscalos en otoño. De lo que sí estoy seguro es de que en vez de liarse la manta a la cabeza y pedir dimisiones de cuanto se mueve, debería tener la dignidad de dimitir, pero antes debe pedir perdón a cuantos lleva años insultándolos, engañándolos y mofándose de los madrileños. Este personaje de cuento verdulero no puede permanecer en política ni un minuto más.
No hay que echar la vista muy atrás para comprobar cómo, apenas hace unos días, la tal Mónica García, de alias consabidos y comunista del niño Jesús en la formación de «patadones» Errejón, salió cual vulgar energúmena de vena hinchada contra Enrique Ossorio, miembro del equipo de Díaz Ayuso. Le faltó tiempo a Mónica para exigir con entusiasmo y mala fe su dimisión «ipso facto». Y todo por cobrar el bono social térmico; un bono que otorga el Estado a las familias numerosas, independientemente de sus ingresos y patrimonio.