Miedo me da cuando estén disponibles los otros 70.000M y los 3.000M que recientemente nos ha adjudicado Bruselas por ser el país más retrasado en los planes de recuperación tras la pandemia.
Por Jesús Salamanca Alonso / En una situación económica como la actual, pero con la derecha en el Gobierno, los sindicatos sectarios de clase llevarían meses pintando pancartas y organizando algaradas en la calle. Hoy por hoy tienen lleno el pesebre y no precisan levantar la voz, no sea que contraríen al amo y no vuelvan a llenar el dornajo. Está siendo ejemplar el paso que VOX ha dado en Castilla y León, tras el «Pacto de la Esperanza» con la «derechita cobarde» del incendiario, Fernández Mañueco.
Todo un ejemplo por parte de García-Gallardo lo de reducir las subvenciones a los sindicatos clasistas, algo que nunca se atrevió a hacer el partido del actual líder derechista, Núñez Feijóo. Reducir la mamandurria sindical un 50% es un pasito, es subir un peldaño, pero el camino se ha abierto y hay que impedir que se vuelva a cerrar.