Por Jesús Salamanca Alonso / Marruecos precisaba algo que le permitiera chantajear a España aprovechando que había descubierto negocios turbios de Begoña Gómez Fernández. No hay que ser un lince para ver que el presidente español no ha cambiado de postura de repente o por capricho. Cede a todo, accede a cuanto haga falta con tal de complacer al rey marroquí.
El hecho de que aparecieran conversaciones telefónicas con «información muy comprometida que involucran a su gobierno y a su esposa» ha puesto a Sánchez en el disparadero y con las colgaduras de corbata.
No ha dudado en llegar al enfrentamiento con Argelia y a la ruptura del Tratado de Amistad con ese país, incluso consciente del daño que podía hacer a España y a las relaciones comerciales. A día de hoy es Francia quien ha sacado rentabilidad a la enemistad de Argelia con España; es más, ha tenido que intervenir la UE con el consiguiente malestar argelino.
Pedro Sánchez ya es un cadáver político en Europa y no tardará Villarejo en sacar «espuma», aunque sea falsa, con tal de obtener rentabilidad.