El resultado de la fallida candidatura andaluza no es otra cosa que la amalgama de rencillas, odios, envidias e incompetencia.
Por Jesús Salamanca Alonso / Cuanto más ruido menos se oye cómo caen las nueces, vuelan los improperios y se clavan los odios. A eso se acoge el Gobierno para que se eclipsen las amenazas de Podemos y su propia incompetencia en la trama de formar coalición en Andalucía. Y si de paso se silencia el proyecto de Yolanda «Varoufakis» Díaz, pues miel sobre hojuelas. Pero es un hecho que entre bomberos no se pisan la manguera, como entre «mendrugos» no se apedrean.
Bien claro lo dijo la joya madrileña, Isabel Díaz Ayuso, «si no son capaces de aprobar primero de columpios», es mejor que lo dejen antes de que la sociedad se dé cuenta de la inutilidad que le es propia a la extrema izquierda. La trama de la coalición andaluza no hay Dios que la desenrede; con ello se pone de manifiesto que Podemos es el rey del embrollo, la manipulación, la ineficacia y la demostrada incompetencia. Sigue leyendo