«Defender la paz es lo más sensato, aunque nos acribillen», escribe Echenique, agitador de las turbas antifascistas que con el mismo discurso que el Putin de la ‘desnazificación’ ucraniana incendiaron Barcelona en febrero del año pasado y cuyo ‘material ofensivo’ -gasolina y adoquines- nunca cuestionó.
Lo de Ucrania es otra cosa, y lo de la paz con que la izquierda retro se llena la boca cuando no escupe contra la OTAN es el recambio, gato por liebre, de una libertad que no tolera.
Como las camaradas Belarra y Montero, Echenique está por la desnazificación de Ucrania, que es como la limpia ‘antifa’ de Barcelona, pero con logística y de uniforme. Sigue leyendo