Todos líderes han dado explicaciones en sus respectivos Parlamentos nacionales. Pedro Sánchez no lo ha hecho por simple cobardía.
Por Jesús Salamanca Alonso / Confieso que nunca imaginé que en pleno siglo XXI quedara algún loco con sueños expansivos y hitlerianos. Ni siquiera imaginé que el comunismo siguiera siendo tan torpe como es. Ahí tienen al incauto y figurón, Pablo Iglesias, sin idea de política internacional, pero apoyando las babas del terrorista y proasesino, Vladimir Putin. Recuerden que también apoyó a ETA y otras corrientes de terrorismo asesino. Es un claro ejemplo de degeneración sobrevenida.
Por ahí sigue Pablo Iglesias apoyando ignorantemente al asesino Putin, lector del instinto malicioso de Stalin y aprendiz leninista. Hoy Cayetana Álvarez de Toledo cobra actualidad con cuanto le espetó en el Congreso de los Diputados, hasta el punto a acogotar al entonces «Coleta morada». Para los desconocedores, he de decir que aquella denuncia que tanto exhibió por ser llamado «hijo de terrorista» carece de recorrido: ni siquiera fue aceptada a trámite por la Audiencia de Zamora y duerme el sueño de los paranoicos. Lean, lean «Políticamente indeseable» y ríanse a su antojo del tema. Sigue leyendo